RESTA, pues, hermanos, que os roguemos y exhortemos en el Señor Jesús, que de la manera que habéis recibido de nosotros de cómo debéis andar, y agradar a Dios, así abundéis más y más.  Porque ya sabéis qué mandamientos os dimos por el Señor Jesús.  Porque la voluntad de Dios es ésta: vuestra santificación; que os abstengáis de fornicación: Que cada uno de vosotros sepa poseer su propio vaso en santificación y honor; No con afecto de concupiscencia, como los Gentiles que no conocen a Dios: Que ninguno agravie, ni defraude en nada a su hermano; porque el Señor es vengador de todo esto, como ya os habemos dicho y testificado.  Pues no nos ha llamado Dios para inmundicia, sino a santificación.  Así que el que menosprecia, no menosprecia a hombre, sino a Dios, el cual también nos dio su Espíritu Santo.