Así que ya no sois advenedizos y extranjeros, sino conciudadanos de los santos, y de la familia de Dios; Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, Jesu Cristo mismo siendo la principal piedra del ángulo: En el cual todo el edificio, bien trabado consigo mismo, crece para ser templo santo en el Señor: En el cual vosotros también sois juntamente edificados, para morada de Dios en el Espíritu.