No que ya haya alcanzado, ni que ya sea perfecto: mas yo prosigo para que aprehendiere aquello por lo que yo soy también aprehendido de Cristo Jesús.  Hermanos, yo mismo no hago cuenta de haber aprehendido: empero una cosa hago, olvidando las cosas que quedan atrás, y extendiéndome a las cosas que están delante, prosigo hacia el blanco, por el premio de la alta vocación de Dios en Cristo Jesús.